viernes, 7 de abril de 2017

DESIDERATA


Nunca pregunté si quería enamorarse 
Nunca le pedí un beso, no la tomé de la mano. 
Sentí que sobraban las palabras y era contundente y confuso ese sentimiento
Pues llegaba un momento en que tanto el amor como el temor hacían que mi corazón palpitase casi de la misma manera.
Con el mismo compás, con la misma agonía. 
Por enésima vez lo dije "Es ella, no hay vuelta atrás, ahora sí"
Y antes de enloquecer completamente y caer rendido a sus pies como lo hice la primera vez, tuve la suerte de darme cuenta que ella tiene el amor en "Pause", o más bien en "Stop", que actúa por inercia, que quiere al instante y empieza a amar justo al mes, tan precisa y cronometrada cuál reloj suizo. 
De sopetón caí en cuenta que no existían esas nubes en las cuales sus besos me hacían estar y que iba en picada y con​  fuerza directo a estrellarme con la realidad, no valió la colección de Walter Riso, pues tanto ella como las anteriores pintaban tan diferente, tan ellas, tal cual como yo la busco, así no más.
Como simulada, como nunca han existido. 

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